Morir de risa
Es un artículo que destaca entre los más interesantes e insólitos para leer en la wikipedia.
Alguna vez nos hemos preguntado si es posible que esto suceda?. Muchas veces cuando nos da un ataque de risa por algo que es demasiado hilarante hemos sentido alguna sensación de incomodidad física o desesperación cuando sentimos que ya no nos alcanza el aliento ni la fuerza para esa reacción involuntaria que nos provoca aquella idea o suceso que nos hiso rendirnos ante la locura de una carcajada. Pocos hemos llegado a pensar que nuestra salud o nuestra vida se encuentra en peligro si no paramos de reír. Leamos algunos datos históricos a cerca de esta pequeña duda que algunos podemos tener en cuanto al tema.
Probablemente el primero en la historia en morir de un
ataque de risa fue Calcante, en el siglo XII a. C. Un adivino sentenció que
Calcante nunca llegaría a probar el vino de sus uvas. Llegada la vendimia,
Calcante invitó a su rival a beber, pero al repetir éste la profecía, Calcante
soltó tal carcajada que murió asfixiado.
Se dice que el pintor griego Zeuxis murió de risa en el año
398 a. C. mientras pintaba una escena cómica. Otra variante de la historia
narra que murió de risa cuando una anciana le encargó una pintura de Afrodita,
pidiendo al pintor que la usara a ella como modelo.
En el siglo III a. C. el filósofo griego Crisipo murió de
risa después de darle de beber vino a su burro, y ver como el animal intentaba
alimentarse con unos ficus.1
Martín I de Aragón murió a consecuencia de una combinación
letal de incontrolable indigestión y un ataque de risa en1410.2
De Pietro Aretino "se dice que murió de un sofoco por
reírse demasiado."3 Algunos autores afirman que Aretino murió cuando su
hermana le contaba un relato erótico. En ese momento, le entró un ataque de
risa que hizo que cayera de espaldas preso de una apoplejía.
Según algunas fuentes el rey de Birmania Nandabayin, en 1599
«se rió hasta morir cuando un mercader italiano que estaba de visita en
Birmania le explicó que Venecia era un estado libre que no tenía rey».4
Se dice que en 1660, el aristócrata escocés Thomas Urquhart,
primer traductor de Rabelais al inglés, murió de risa al enterarse que Carlos
II de Inglaterra había ascendido al trono.5 6
En 1782, la señorita Fitzherbert sufrió un ataque de risa
mientras presenciaba la obra The Beggar's Opera. Cuando Charles Bannister
apareció en escena como Peachum, ella tuvo un ataque de risa incontrolable tan
fuerte que la tuvieron que sacar del teatro. Continuó riéndose en forma
continua durante toda la noche y falleció a la mañana siguiente.
Un ejemplo más reciente, es el caso del cubano Julián del
Casal —poeta y escritor del modernismo—. La noche del 21 de octubre de 1893,
estando en una cena en casa del doctor Lucas de los Santos Lamadrid, murió
súbitamente cuando uno de los comensales contó un chiste que le provocó un
severo ataque de risa. El ataque de risa fue acompañado de una hemorragia y la
mortal rotura de un aneurisma.